Un revestimiento que lo repele todo puede reducir a la mitad el combustible empleado por los barcos

28/06/2018

Desarrollado por la Oficina de Investigación de la Marina de los Estados Unidos, elimina gran parte de la fricción del agua y podría ahorrar millones de euros en combustible.

El doctor Anish Tuteja, de la Universidad de Michigan (Estados Unidos) ha desarrollado un revestimiento que ha estado calificado de omnofóbico. El material, que repele el agua, el alcohol, los derivados del petróleo y prácticamente cualquier líquido, podría reducir la resistencia creada por el movimiento de los vehículos acuáticos, resultando enormemente útil para que embarcaciones, buques y submarinos necesiten mucho menos combustible para funcionar. Además, este revestimiento también podría ser utilizado para proteger otros instrumentos como antenas o radares de las inclemencias meteorológicas, ya que se puede aplicar a numerosas superficies. El equipo del Dr.Tuteja continua haciendo pruebas con el nuevo revestimiento, con la intención de tenerlo preparado para usos militares y civiles en un plazo de dos años.

El invento del material “Omnifòbico”, que ha estado desarrollando con fondos de la Oficina de Investigación Naval de la Marina de los Estados Unidos, ha estado anunciado por la misma organización. A día de hoy, una parte muy grande del consumo de combustible de los barcos –hasta un 80% a velocidades bajas y un 40-50% a velocidades más altas- se hace servir para generar la energía necesaria para contrarrestar la fricción ejercida por el agua contra la superficie de los buques. Reduciendo esta fricción, el consumo de combustible podría dividirse por dos. Más allá del beneficio económico que esto supondría, también ayudará a emitir menos gases de efecto invernadero en la atmósfera.

A pesar de que el uso de revestimientos repelentes tiene una larga historia y muchísimas aplicaciones –del Teflón de las paellas al Gore-Tex de la ropa-, encontrar uno que resista la mayoría de los líquidos y sea lo bastante resistente como para adherirse a diversas superficies de manera permanente es mucho más difícil. Para diseñar el material “omnifóbico”, el equipo del Dr. Tuteja utilizó las bases de datos de sustancias químicas conocida para estudiar sus propiedades y elaborar predicciones de cómo reaccionarían algunas de ellas en ser combinadas. Después de probar centenares de mezclas, encontraron la que buscaban.