Un aumento de las tormentas tendría un impacto “catastrófico” en la industria pesquera
Los cambios, motivados por el cambio climático, podrían poner en peligro em medio de vida de los pescadores de todo el mundo, desplazando los peces y dificultando su reproducción.
Las posibles modificaciones en la intensidad y la frecuencia de las tormentas en las costas de todo el mundo podrían llegar a tener un impacto “catastrófico” en la sostenibilidad de la industria de la pesca y el medio de subsistencia de los que se dedican. El cambio climático, según como pueda llegar a subir la temperatura de la Tierra, puede hacer que la actividad sea mucho más peligrosa y también que los peces cambien sus áreas tradicionales o, incluso, dificultar su reproducción y, por lo tanto, reducir su número. Esta predicción forma parte de las posibilidades reflejadas en un estudio llevado a cabo por científicos de la Universidad d’Exeter (Inglaterra) que dice que, durante los próximos dos siglos, el cambio climático provocará un aumento de la cantidad y la potencia de las tormentas, especialmente en toda la costa occidental europea (del mar del Norte al golfo de Vizcaya) que puede poner en peligro grave la pesca en la región.
La investigación, que ha estado publicada en la revista “Nature Climate Change”, afirma que es urgente hacer cálculos para averiguar donde serán más habituales las tormentas para poder ayudar las comunidades que quedaran más afectadas a adaptarse a este efecto del cambio climático. Desde el inicio de la pesca en el mar, las tormentas han sido la principal amenaza a que se han enfrentado los pescadores y los pueblos que han vivido de esta actividad, tanto por la seguridad de unos como por la dependencia alimenticia de otros. Acostumbrados a un clima que ha sido más o menos estable durante siglos, un cambio en las tormentas podría afectarlos muy gravemente. El estudio, por ejemplo, prevé que el mar de la China Oriental sufrirá más ciclones que hasta ahora y que las tormentas después del Montsó serán muy habituales en el mar de Arabia. La costa occidental europea también verá como hay tormentas muy fuertes y con más frecuencia y, en cambio, se espera que en el Mediterráneo se reduzcan. Las tormentas, habitualmente, ya tienen el efecto de desplazar las poblaciones de peces de forma temporal o permanente y pueden interrumpir la dispersión de las larvas de los peces o, incluso, destruir sus hábitats. Un aumento de su frecuencia e intensidad, pues, podría ser muy negativo, no solo para ellos sino para los humanos.
Actualmente, la pesca supone el 12% de la comida que se consume en el mundo y es el medio de vida de aproximadamente 40 millones de personas.