Los bioplásticos ofrecen grandes posibilidades de reciclaje si se gestionan con cuidado
Arrojados, resultan prácticamente igual de perjudiciales para el medio ambiente que los plásticos tradicionales, contribuyendo a uno de los problemas de contaminación más grandes del mundo.
La contaminación por plásticos es un programa medioambiental que afecta gravemente todo el planeta. La situación es especialmente sensible en los mares y océanos donde sus restos pueden herir o matar animales marinos y pájaros, que se los comen o se quedan enredados, o acabar en su estómago en forma de microplásticos, causándoles problemas de salud de todos tipos y contribuyendo a la reducción de sus poblaciones. A pesar de los esfuerzos por reciclar tanta cantidad de estos productos como sea posible, la mayoría de residuos de este tipo continúan yendo a parar o bien al medio natural o en los vertederos. Durante los años la investigación en bioplásticos, de origen vegetal, ha avanzado mucho, pero en general continúan estando por debajo de los plásticos tradicionales en flexibilidad y resistencia. La combinación de diferentes tipos de bioplásticos ofrece una mejora significativa en este aspecto pero su impacto medioambiental a largo plazo no había sido estudiado hasta ahora. Un equipo de la Sociedad Química Americana (Estados Unidos) ha analizado precisamente esto, y han publicado los resultados de su trabajo en la revista “Environmental Science & Technology”.
Los científicos estudiaron l comportamiento de 15 bioplásticos y mezclas de bioplásticos, tanto en condiciones controladas –como el compostaje o la digestión anaeróbica- como no controladas –como el agua salada-. El ácido poliláctico, por ejemplo, que es uno de los plásticos biodegradables más popular, requiere otras temperaturas para degradarse y no se puede hacer servir para compostaje doméstico. Muchos de los plásticos, además, se descomponían a través de la digestión anaeróbica, que produce biogás, y todos ellos se degradan si se les sometía a un proceso de compostaje industrial. Todo y las posibilidades que esto ofrece para el reciclaje y la obtención de energía, solo dos de los productos analizados se degradaron completamente en ser expuestos en el suelo o el agua, es decir, como si hubieran estado lanzados. Este último resultado demuestra que, a pesar de sus ventajas respecto a los plásticos convencionales, los biodegradables no son una solución mágica a la contaminación causada por este tipo de productos y, como todos los otros, una vez dejan de hacer servicio al consumidor han de ser tratados de manera adecuada.
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