El impacto ambiental de las lentes de contacto
Al final de su vida, estos productos sanitarios a menudo van a parar a las aguas residuales y se pueden convertir en una amenaza para la fauna fluvial y marina.
Las lentes de contacto son utilizadas por centenares de millones de personas en todo el mundo para mejorar su visión y como alternativa a las gafas. Estos productos sanitarios, tienen una vida limitada, en algunos casos de solo un día, y acaban siendo tiradas. Hace poco, un equipo de científicos estudió que efectos contaminantes tienen las lentes de contacto que son tiradas a las cañerías de desagüe, y presentaron sus resultados en la 256ª Encuentro y Exposición Nacional de la Sociedad Química Americana. Los científicos, que se centraron en el mercado Norteamericano, se valieron de una encuesta para calcular que entre un 15 y un 20% de los usuarios de lentes de contacto de aquel país las tiran por el lavabo, en la pica, etc.Teniendo en cuenta que, solo los Estados Unidos, hay unos 45 millones de personas que hacen servir, la cantidad que acaba en las aguas residuales es muy elevado, demostrando como de necesario es estudiar qué efectos tienen en el medio ambiente.
Las lentes de contacto tiradas en las cañerías de agua van a parar a las plantas de tratamiento de aguas residuales. Los investigadores responsables de este trabajo calculan que, en su país, acaban entre 6 y 10 toneladas de lentes de contacto. Como que son más densas que el agua, acaban yendo al fondo, donde pueden constituir una amenaza grave para las especies susceptibles de comérselas. Algunas de sus características más distintivas, además, dificultan el control de estos productos aún más que el resto de plásticos. En primer lugar son pequeñas y transparentes, cosa que las hace muy difíciles de ver, pero además su composición química, diferente a la mayoría de plásticos, también hace que se haya estudiado muy poco su proceso de degradación en las aguas residuales. Es por eso que los científicos expusieron cinco polímeros habituales en las lentes de contacto a los microorganismos aeróbicos y anaeróbicos más comunes en las plantas de tratamiento. Los resultados que indican que la interacción entre estos dos elementos produce cambios en la estructura de estos plásticos que debilitan a sus enlaces químicos y hace que se rompan más fácilmente convirtiéndose, a la larga, en microplásticos, uno de los elementos más peligrosos a largo plazo para la vida animal y que, subiendo por la cadena trófica, puede hacer que los humanos también sean expuestos no solo a los plásticos sino a los otros contaminantes que se adhieren a su superficie.
El objetivo de esta investigación, viendo sus resultados, es que la industria elaboradora de lentes de contacto tome medidas para controlar su potencial contaminante, como añadir información sobre la eliminación del producto en sus envases y poner recursos para analizar con más profundidad el impacto que pueden tener en la vida acuática. Los microplásticos son un gran problema que afecta a la fauna marina en todo el mundo y que, además, nos puede afectar a nosotros. Es por esto que se han desarrollado diversos sistemas, como la osmosis inversa, que hacen que se queden en las plantas de tratamiento de aguas residuales y que no vayan a parar al mar, algunos de los cuales se encuentran en funcionamiento en las instalaciones del Área Metropolitana de Barcelona. Por desgracia, estas tecnologías no están presentes en muchas plantas de todo el mundo y, por lo tanto, la reducción del uso de plásticos continua siendo una de las prioridades en la defensa del medio ambiente y, precisamente, los microplásticos son una de las principales amenazas en este sentido.
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